miércoles, 9 de octubre de 2013

Yo soy Libertad

Los días transcurren, o eso creo.
No veo diferencia entre el día de ayer y el día de hoy, y seguro tampoco encontraré ni una mínima diferencia el día de mañana.
Mi pequeño mundo se tiñó de plomo cuando me encontraste... ¿Encontrarme? No fue así, me atrapaste.
Me cortaste las alas. Me las arrancaste en el momento donde tu garfio remató de un tirón todo el ser que fui. Aún teniéndolas en mi espíritu, ya no sirven. Vos, ser despreciable, les quitaste las ganas de ser. Todo por tu culpa.
Pasé de ser encanto manifiesto, a ser belleza marginada. Todo por tu culpa.
Te reíste de mí cuando me aprisionaste entre barras de oro y me dejaste en un rincón, pensando en que yo puedo ser un lindo adorno.
No nací para la ornamentación, nací para ser libre.
Yo no quiero que me mires como una cosa bonita, no soy una cosa.
No nací para la ornamentación, nací para ser libre.
Basta de bañarme en alpiste, mirarme e irte, o de agitar la jaula para que deje de cantar.  
Si no me dejas volar, dejame cantar.
Si no me decís Libertad, dejame cantar.
Devuélveme mis alas castañas; no combinan con tu cuerpo amorfo y sin gracia, ni con tu afán de dictador.
Cada día que pasa, mi ser se vuelve más exiguo y tu mente más desequilibrada.
Esa bella sensación de Libertad se la va consumiendo el reloj de arena, y cada grano que cae se parece más al anterior. Esos pequeños granos caen tan poderosamente que mi corazón empieza a sangrar, y mis trinos se aceleran, formando agujeros ausentes en el aire, que perforan el vacío que haciendo más vacío. 
No pretendo arrancarte los ojos, aunque te lo merezcas. Sólo quiero ser lo que soy, y que me veas como soy, soy Libertad.
Si no me dejas volar, dejame cantar.
Si no me decís Libertad, dejame cantar.
Tu represión aniquiló mis sueños hasta extinguirlos.
Yo era como una semilla de diente de león, que se dejaba arrastrar por la brisa, esperando caer en tierra y algún día florecer junto con lo bello de la vida. Pero tenías que intervenir, como siempre, típico de seres como ustedes, metiendo la garra donde no se debe. Porque sos un ser ruin. Sí, sos ruin. Y no tengo ningún inconveniente en volver a decírtelo, porque no me arrancaste la lengua  y para algo tengo pico ¡Ruin! ¡Eso sos! Porque yo no puedo entender como un ser con corazón, como el que pretendes ser, puede sonreír viéndome llorar.
¿Es tan lindo desgranar esperanzas, dejarlas como polvillo de tizas y guardarlas en un cofre? 
 Y ya no sé si mi canto es grito o si mi grito es canto.
Si canto y grito o si grito y canto, es porque más allá de este trozo de alambre hay un mundo llamándome, que quiere que cante para él; no subestimes el poder de mi trino, y la gracia de mi ser.
Exijo que me mires como un ser, como el ser que soy.
Quiero que todos los seres oigan mis verdaderas melodías.
Y para que lo sepas, mis cantos más bellos se escuchan cuanto más cerca estoy del cielo, cuando mis plumas acarician la Libertad.
Si no me dejas volar, dejame cantar.
Si no me decís Libertad, dejame cantar.
Por tu culpa ya no puedo dibujar en las nubes, ni marcar mi huella en la tierra. Pero el trino es fiel a mi ser, al igual que  mis alas, que por tu culpa, las tengo de adorno.
Tampoco puedo ser lo que fui, ni ser libre, ni ser Alondra, ni ser Libertad. Todo por tu culpa.
Tu culpa.
Pero si puedo ser canto, puedo ser gracia, puedo ser belleza, un ser magnífico opacado por tus barras insensibles. Por tu culpa.
Puedo ser hermoso, pero no por ser hermoso puedo a ser tu adorno, ni te volverás más hermoso solo por retenerme en contra de mi voluntad.
Si no me dejas volar, dejame cantar.
Si no me dices Libertad, dejame cantar.
Pero lo que vos no podes ser, es ser un ser como el ser que yo soy, o como el ser que fui, ya ni se; ni te da el tupé para quitarme las alas que no tenes, o  extirpar el perfume de mi ser.
Podes ser fuerte, podes ser grande, ser poderoso, ser temible.
Pero eso no te hace agraciado, ni bello, ni divino. No te hace pájaro. No te hace libre.
Mi destino no está escrito con tu pluma, no salpiques más sangre cenicienta y ni te interpongas. Guarda aquellas ganas de poseerme e intenta ver lo hermoso que soy siendo libre.
Un ave despliega lo mágico que tiene cuando puede ser feliz, cuando vuela, cuando es lo que es.
Y puedo decir que soy un adorno, soy el adorno del cielo, de la Libertad, pero jamás seré el adorno de tu habitación. 
 Por más que mis alas estén rotas, yo volveré a volar, volveré a ser, porque nací en los cielos, y en los cielos me quedaré, para poder compartir mi gracia y ver a todos desde arriba, para verte a vos desde arriba. Porque yo no soy de nadie. Porque yo nací para ser libre.
Porque yo soy Libertad.
Por eso dejame volar, yo soy Libertad.
Por eso dejame cantar, yo soy Libertad.
Por eso llámame por lo que soy, yo soy Libertad.
Si no podes ser pájaro, dejame volar.

Si no podes ser un ser, dejame en Libertad.











Texto y fotografía: Camille Chico

8 comentarios:

  1. Genial, atrapante el texto miss.
    Hay que debatir algún día por que el hecho de volar es sinónimo de libertad para muchos poetas/dramaturgos/compositores etc.
    PD: Lo bueno de pasar por acá es el la música que suena.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias loquillo, que bueno que la música sea de tu agrado. Acá mandan Monk, Davis, Mulligan, Coltrane, Piazzolla y demás. Dioses

      Eliminar
  2. Fats Domino... Me hizo acordar de él. Ahora voy a Youtube a escucharlo con los ojos cerrados.

    ResponderEliminar
  3. Nacimos libres, libres de pensamiento, de acción y reacción. Todo aquel que intente coartar nuestro libre albedrío, no merece nuestra compañía ni cercanía.
    Un abrazo Camille, un gusto de conocerte chica saxofonista y escritora.

    ResponderEliminar
  4. Hola, buenas noches, un gusto pasar por tu lindo blog, saludos cordiales, te invito de manera cordial a que visites el Blog de Boris Estebitan y leas mi poema titulado “Espera por mí”, espero seguir visitando tu gran blog e intercambiar más comentarios, buen inicio de semana. Hermoso tu escrito, nada como ser libres, viva la libertad :)

    ResponderEliminar