Los días transcurren, o eso creo.
No veo diferencia entre el día de
ayer y el día de hoy, y seguro tampoco encontraré ni una mínima diferencia el
día de mañana.
Mi pequeño mundo se tiñó de plomo
cuando me encontraste... ¿Encontrarme? No fue así, me atrapaste.
Me cortaste las alas. Me las
arrancaste en el momento donde tu garfio remató de un tirón todo el ser que
fui. Aún teniéndolas en mi espíritu, ya no sirven. Vos, ser despreciable, les
quitaste las ganas de ser. Todo por tu culpa.
Pasé de ser encanto manifiesto, a
ser belleza marginada. Todo por tu culpa.
Te reíste de mí cuando me
aprisionaste entre barras de oro y me dejaste en un rincón, pensando en que yo
puedo ser un lindo adorno.
No nací para la ornamentación,
nací para ser libre.
Yo no quiero que me mires como
una cosa bonita, no soy una cosa.
No nací para la ornamentación,
nací para ser libre.
Basta de bañarme en alpiste,
mirarme e irte, o de agitar la jaula para que deje de cantar.
Si no me dejas volar, dejame
cantar.
Si no me decís Libertad, dejame
cantar.
Devuélveme mis alas castañas; no
combinan con tu cuerpo amorfo y sin gracia, ni con tu afán de dictador.
Cada día que pasa, mi ser se
vuelve más exiguo y tu mente más desequilibrada.
Esa bella sensación de Libertad
se la va consumiendo el reloj de arena, y cada grano que cae se parece más al
anterior. Esos pequeños granos caen tan poderosamente que mi corazón empieza a
sangrar, y mis trinos se aceleran, formando agujeros ausentes en el aire, que
perforan el vacío que haciendo más vacío.
No pretendo arrancarte los ojos,
aunque te lo merezcas. Sólo quiero ser lo que soy, y que me veas como soy, soy
Libertad.
Si no me dejas volar, dejame
cantar.
Si no me decís Libertad, dejame
cantar.
Tu represión aniquiló mis sueños
hasta extinguirlos.
Yo era como una semilla de diente
de león, que se dejaba arrastrar por la brisa, esperando caer en tierra y algún
día florecer junto con lo bello de la vida. Pero tenías que intervenir, como
siempre, típico de seres como ustedes, metiendo la garra donde no se debe.
Porque sos un ser ruin. Sí, sos ruin. Y no tengo ningún inconveniente en volver
a decírtelo, porque no me arrancaste la lengua
y para algo tengo pico ¡Ruin! ¡Eso sos! Porque yo no puedo entender como
un ser con corazón, como el que pretendes ser, puede sonreír viéndome llorar.
¿Es tan lindo desgranar
esperanzas, dejarlas como polvillo de tizas y guardarlas en un cofre?
Y ya no sé si mi canto es grito o si mi grito
es canto.
Si canto y grito o si grito y
canto, es porque más allá de este trozo de alambre hay un mundo llamándome, que
quiere que cante para él; no subestimes el poder de mi trino, y la gracia de mi
ser.
Exijo que me mires como un ser,
como el ser que soy.
Quiero que todos los seres oigan
mis verdaderas melodías.
Y para que lo sepas, mis cantos
más bellos se escuchan cuanto más cerca estoy del cielo, cuando mis plumas
acarician la Libertad.
Si no me dejas volar, dejame
cantar.
Si no me decís Libertad, dejame
cantar.
Por tu culpa ya no puedo dibujar
en las nubes, ni marcar mi huella en la tierra. Pero el trino es fiel a mi ser,
al igual que mis alas, que por tu culpa,
las tengo de adorno.
Tampoco puedo ser lo que fui, ni
ser libre, ni ser Alondra, ni ser Libertad. Todo por tu culpa.
Tu culpa.
Pero si puedo ser canto, puedo
ser gracia, puedo ser belleza, un ser magnífico opacado por tus barras
insensibles. Por tu culpa.
Puedo ser hermoso, pero no por
ser hermoso puedo a ser tu adorno, ni te volverás más hermoso solo por
retenerme en contra de mi voluntad.
Si no me dejas volar, dejame
cantar.
Si no me dices Libertad, dejame
cantar.
Pero lo que vos no podes ser, es
ser un ser como el ser que yo soy, o como el ser que fui, ya ni se; ni te da el
tupé para quitarme las alas que no tenes, o extirpar el perfume de mi ser.
Podes ser fuerte, podes ser
grande, ser poderoso, ser temible.
Pero eso no te hace agraciado, ni
bello, ni divino. No te hace pájaro. No te hace libre.
Mi destino no está escrito con tu
pluma, no salpiques más sangre cenicienta y ni te interpongas. Guarda aquellas
ganas de poseerme e intenta ver lo hermoso que soy siendo libre.
Un ave despliega lo mágico que
tiene cuando puede ser feliz, cuando vuela, cuando es lo que es.
Y puedo decir que soy un adorno,
soy el adorno del cielo, de la Libertad, pero jamás seré el adorno de tu
habitación.
Por más que mis alas estén rotas, yo volveré a
volar, volveré a ser, porque nací en los cielos, y en los cielos me quedaré,
para poder compartir mi gracia y ver a todos desde arriba, para verte a vos
desde arriba. Porque yo no soy de nadie. Porque yo nací para ser libre.
Porque yo soy Libertad.
Por eso dejame volar, yo soy
Libertad.
Por eso dejame cantar, yo soy
Libertad.
Por eso llámame por lo que soy,
yo soy Libertad.
Si no podes ser pájaro, dejame
volar.
Genial, atrapante el texto miss.
ResponderEliminarHay que debatir algún día por que el hecho de volar es sinónimo de libertad para muchos poetas/dramaturgos/compositores etc.
PD: Lo bueno de pasar por acá es el la música que suena.
Gracias loquillo, que bueno que la música sea de tu agrado. Acá mandan Monk, Davis, Mulligan, Coltrane, Piazzolla y demás. Dioses
EliminarFats Domino... Me hizo acordar de él. Ahora voy a Youtube a escucharlo con los ojos cerrados.
ResponderEliminarTe invito a teletransportarte
EliminarNacimos libres, libres de pensamiento, de acción y reacción. Todo aquel que intente coartar nuestro libre albedrío, no merece nuestra compañía ni cercanía.
ResponderEliminarUn abrazo Camille, un gusto de conocerte chica saxofonista y escritora.
El gusto es mío, Taty. Gracias por tus palabras
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Hola, buenas noches, un gusto pasar por tu lindo blog, saludos cordiales, te invito de manera cordial a que visites el Blog de Boris Estebitan y leas mi poema titulado “Espera por mí”, espero seguir visitando tu gran blog e intercambiar más comentarios, buen inicio de semana. Hermoso tu escrito, nada como ser libres, viva la libertad :)
ResponderEliminarGracias, luego echaré un ojo por allí
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